Los valores:
Son conceptos abstractos, que pueden manifestarse a través de las aptitudes de los seres
humanos, dan sentido y significado a la vida humana; los valores pueden ser compartidos.
Existen 5 valores institucionales que todo funcionario y funcionaria del Ministerio de Seguridad Pública debe conocer, comprender y aplicar en su trabajo
cotidiano y en su vida personal: honestidad, disciplina, servicio, respeto y compromiso. Esto es lo que el
MSP espera de cada uno de
sus funcionarios y funcionarias,
independientemente de la unidad
administrativa o policial
en la que realicen sus funciones.
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Honestidad:
La Honestidad es el valor de decir
la verdad, de actuar de manera correcta, con coherencia entre lo que se piensa,
se siente y se hace. Implica un comportamiento que,
ante cualquier circunstancia
de la vida, respeta las normas que se consideran correctas y adecuadas para la realización personal y la sana convivencia en sociedad.
El valor
de la honestidad se relaciona
directamente con la sinceridad,
la verdad, la autenticidad,
la justicia y se opone directamente a la mentira, la hipocresía, la falsedad, el robo y la corrupción.
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Disciplina:
Se conoce como disciplina
a la capacidad que puede
ser desarrollada por cualquier
ser humano y que implica,
para toda circunstancia u
ocasión, la puesta en práctica de una actuación ordenada y perseverante, con la finalidad
de obtener un bien o fin determinado.
Es decir, para conseguir
un objetivo en la vida, cualquiera que nos propongamos, por más perseverancia o fortaleza que se tenga, resulta indispensable tener o disponer de un orden personal
que nos organice para alcanzarlo de un modo más eficiente.
El valor
de la disciplina se relaciona
con la responsabilidad, la diligencia, la perseverancia, la paciencia, la
puntualidad, el orden y
se opone directamente a
la pereza, la negligencia
y la irresponsabilidad.
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Servicio:
El servicio es una actitud de vida; es dar para facilitar el cumplimiento de un
proceso, resolver una necesidad,
demanda o solicitud, o satisfacer una expectativa de alguien, de modo que tanto quien
da como quien recibe puedan sentirse agradados. Servir supone una franca actitud de colaboración hacia los demás. Por esto, la persona servicial lo
es en todas partes, con acciones que, aunque parezcan insignificantes, contribuyen a hacer más ligera
y placentera la vida de
los otros.
El valor
del servicio se relaciona
directamente con la solidaridad,
compasión, proactividad, generosidad, creatividad, disponibilidad, gratitud y se opone directamente a la vanidad, el egoísmo, el abandono y el perjuicio.
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Respeto:
Consiste en el compromiso personal y voluntario
por brindar a las demás
personas un trato digno, tolerante, con plena conciencia
de que el otro tiene
valor por sí mismo y merece ser tratado con consideración a su integridad física, psicológica, moral y espiritual.
Comprende el conocimiento
pleno de los derechos fundamentales
de la otra persona que, como
ser individual, debe ser aceptada en sus diferencias y validada como ser integral.
El valor
del respeto se relaciona directamente con la empatía, la
asertividad, la consideración,
la tolerancia y se opone directamente al maltrato, la discriminación, el abuso y toda forma de acoso y violencia.
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Compromiso:
El compromiso se entiende como la convicción de cumplir con una obligación contraída por medio de una promesa
o un acuerdo de principios
o una meta personal o colectiva previamente
definida. Implica contar con una firmeza inquebrantable por cumplir o hacer algo que nos hemos propuesto o que se nos ha encomendado.
El valor
de compromiso se relaciona
directamente con la transparencia,
lealtad, fidelidad, y la perseverancia y se opone directamente a la negligencia,
el desgano, el abandono y
la desatención.
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